De Madrid al cielo de Colunga

La Nueva España (16.07.2015)

por Ana Paz Paredes

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Descripción

Macu Pacios eligió Asturias para confeccionar sus bolsos ergonómicos tras varios años de trabajo en la capital

Macu Pacios es una mujer inquieta y que ha viajado por medio mundo. Nacida en Santa María del Páramo (León), tiene estudios de administración. Poco tiempo después de finalizarlos, se fue a París a trabajar y, tras dos años, se trasladó a Madrid, donde trabajó, primero, en una empresa de traducción y, más tarde, como secretaria de dirección de una conocida firma de moda. Otra buena parte de su vida laboral se desarrolló en el departamento de producción de una empresa productora de programas televisivos.

«Allí pasé al tema de los documentales. Como a todo el mundo me pilló la crisis y empezó a escasear el dinero para la cultura, por lo que, al tiempo, me puse a trabajar también en publicidad, en el departamento de vestuario. Llevaba casi 30 años en Madrid, la ciudad había cambiado mucho, y yo también, de tal forma que nos hicimos un poco incompatibles», dice. Tras irse, primero, a Canadá y, más tarde, a Irlanda, el año pasado recaló en Almería, donde retomó una actividad que siempre le gustó: la costura. El regreso al Norte vino motivado por su necesidad de estar cerca de la familia y porque quería vivir en un lugar costero. Lo encontró en Colunga, donde se estableció a finales de diciembre de 2014. «Aquí encontré mi lugar ideal. Tengo un proyecto de futuro que me gustaría desarrollar. Madrid se convirtió en una ciudad muy dura, necesitaba un cambio. Tengo mis ahorros y me decidí a dar el paso», señala.

Macu Pacios diseña su propia ropa tanto para adultos como para niños. Aunque ahora se dedica sobre todo a sus bolsos de tela, todos diferentes, que tienen la singularidad de que aligeran enormemente el peso de su contenido. «El sistema de los bolsos ergonómicos lo tengo patentado y la verdad es que la gente llega a sorprenderse de lo ligeros que son. El secreto está en las asas. Espero que alguien me compre la idea o que la apoye», dice con una sonrisa.

Ella, que firma su trabajo con el nombre de Partistayo, se dedica en persona a promocionar estos bolsos divertidos, atrayentes, originales y elásticos, totalmente personalizados y que evitan que la espalda cargue con todo el peso del contenido.

Mujer vital, apasionada y creativa, cree que cada paso en la vida es una nueva oportunidad para disfrutar del momento. «Aquí me siento feliz. Después de trabajar cosiendo en casa salgo a dar un paseo, me voy al Sueve o a la playa de la Griega con mi bici; es algo impagable. Además, he conocido gente maravillosa». Como muchos otros artesanos, acude cada jueves al mercado de Colunga.

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